¿Es normal que un gato vomite?
Tu gato ha vomitado esta noche y no ha encontrado nada mejor que tu bonita alfombra persa para hacerlo. Ayer, fue en el sofá… Estás enfadado. Pero la salud del gato ¿no es más preocupante que el aspecto del mobiliario?
Vomitar no es normal.
Para comprender mejor
Salvo cuando son incontrolables, el vómito no es un síntoma que alarme a los dueños de los felinos. Constituyen un motivo para acudir a la consulta más en el caso del perro que en el del gato. Este último siempre tiene “buenas razones para vomitar”: ingestión de hierba que irrita el estómago, bolas de pelo en el tubo digestivo, plumas de pájaro que no son fáciles de digerir, croquetas tragadas demasiado rápido… Si bien es verdad que las causas del vómito, cuando éste no presenta gravedad, son frecuentes en el gato, no deben hacernos olvidar que las náuseas y las arcadas son síntomas de un problema digestivo general. Es mejor consultar. No olvidemos que los vómitos pueden poner en peligro la vida del gato por deshidratación y pérdida de electrolitos (potasio y sodio que son indispensables para el buen funcionamiento del corazón).
Qué puedes hacer
Si tu gato acaba de vomitar, ponlo a dieta durante 12 horas (déjale únicamente un bebedero con agua) y observa su comportamiento durante este tiempo. Si no observas nada, dale de comer en pequeñas dosis. Si tiene tendencia a vomitar pelo o “bolas” de pelo, aplica un tratamiento adecuado.
Los vómitos repetidos, la presencia de sangre en el vómito, o las regurgitaciones de comida son motivo de consulta. El vómito asociado a otros síntomas (fiebre, apatía, debilidad, dificultades para orinar…) constituyen una urgencia veterinaria.
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