El impacto de cambio climático: En la dermatitis alérgica a la picadura de pulga (DAPP)
La dermatitis alérgica a la picadura de pulga es el proceso dermatológico de origen alérgico más común en el perro y el gato. Se trata de una reacción de hipersensibilidad frente a antígenos presentes en la saliva de la pulga. Este proceso se localiza principalmente en áreas del litoral mediterráneo, donde el clima húmedo y templado, favorece enormente la proliferación de las pulgas.
Las DAPP es un problema crónico y un proceso progresivo debido a que las pulgas no se erradican. Se ha observado que a medida que pasan los años, los signos clínicos empiezan antes, son más severos y persisten más tiempo, siendo el cambio climático parte responsable de este proceso.
Las predicciones del cambio en España apuntan hacía unos inviernos más lluviosos y cálidos, seguidos de veranos calurosos y secos, condiciones climáticas que favorecen el estacionamiento y la proliferación vectorial. Por esta razón se cree que los efectos del cambio climático podrían desencadenar un aumento en la población de pulgas y garrapatas, extender el periodo estacional de transmisión y su distribución hacia zonas más septentrionales lo que supondría un incremento substancial de las reacciones alérgicas en nuestras mascotas.
Una pulga puede llegar a poner 50 huevos diarios y producir hasta 2000 huevos durante toda su vida.
Cuadro clínico
– Los primeros síntomas aparecen generalmente entre los 3 y 6 años de edad.
– Los síntomas pueden ser estacionales o perennes en función del clima o de si las pulgas se mantienen en el interior de casa, pero son siempre más intensos en verano y otoño. El cuadro clínico empeora con la edad comenzando con síntomas ligeros durante la temporada de pulgas hasta hacerse persistente y cada vez más grave.
– Afecta principalmente a la región lumbosacra, pudiendo extenderse al área perineal, abdomen ventral y flancos.
– Las lesiones son inespecíficas y secundarias al rascado: eritema, erosiones, alopecia, pelo rojo, hiperpigmentación, seborrea, etc.
– En el gato, el cuadro clínico es similar con la particularidad de que las lesiones suelen afectar también al cuello. Las erupciones papulocostrosas son las más típicas, aunque también se puede hallar alopecia, excoriaciones, costras, escamas y cambios pigmentarios.
El tratamiento
El conocimiento de los hábitos del animal y del tipo de ambiente en el que vive ayuda al veterinario a diseñar un programa de control de las pulgas basado en el tratamiento, tanto del animal como de su entorno, con productos adulticidas y larvicidas.
Entre los compuestos más modernos e inocuos para el control de las pulgas se halla el tratamiento que no sólo actúa sobre las pulgas que están en la mascota sino también en el ambiente en el que están.
Deja una respuesta