Mi perro muerde los muebles o ansiedad por separación

Posted on abril 19, 2012. Filed under: Cuidados y prevención, Perros | Etiquetas: , |

Muchas veces pensamos que los perros que destrozan muebles, ladran u orinan al quedarse solos, lo hacen por enfado o venganza. Tales conductas son a menudo síntomas de trastornos relacionados con la separación, siendo la Ansiedad por Separación el más frecuente.

En estos casos, si el animal se comporta indebidamente, no lo hace de forma consciente. El perro está tan angustiado que no es capaz de controlarse, su sufrimiento es tan agudo que pierde el dominio de sí mismo. El castigo a este nivel es incapaz de resolver el problema y puede complicar más aún la situación.

El tratamiento más rápido es un plan doble que combina, por un lado, técnicas de modificación de la conducta y, por otro, la utilización de un ansiolítico.

TERAPIA CONDUCTUAL
Es el pilar fundamental del tratamiento. Consiste en debilitar la dependencia que el animal muestra hacia su propietario. Este principio requiere que el dueño ignore al perro cuando éste busca activamente su atención.
También es importante no despedirse del animal antes de salir, ni consentir un excesivo recibimiento. Nos mostraremos indiferentes a su presencia en el momento de la llegada y, esporádicamente, a lo largo del día.
Sólo cuando nosotros lo creamos conveniente, le haremos algún cariño; nunca cuando el lo solicite. Se deberá rechazar, con severidad y de manera sistemática, todo intento de acercamiento del perro en solicitud de afecto. Acompañaremos esta actitud con una orden adecuada a la situación “fuera”, “largo” etc, intentando que, como consecuencia de su imposición y de nuestro rechazo, el perro opte por dirigirse a otra habitación de la casa.
Combinando esto con la reducción de privilegios (subirse a sofás y camas, darle golosinas, etc), conseguiremos aumentar el nivel de independencia del animal y, en consecuencia, obtendremos un mayor margen de tolerancia a su permanencia en soledad.
Esta actitud no deteriora la relación amo-perro, pero disminuirá la dependencia excesiva y tolerará la ausencia del propietario, sin ansiedad. Ignorar al animal puede ser difícil, pero hay que mantenerse firme durante todo el tiempo que dure el tratamiento para conseguir que la relación sea saludable.
Por otro lado, debemos conseguir que el animal no sepa en qué momento el dueño va a salir. De este modo, la ansiedad no empezará a manifestarse antes de la salida.
Para conseguir este efecto hay que tratar de confundir al animal, cogiendo las llaves, manipulando la puerta o cogiendo un bolso, pero sin salir a la calle. De esta manera, perderán su valor como productores de ansiedad.
Antes de dejar solo al perro es conveniente que haga ejercicio físico (un buen paseo) y darle su ración de comida coincidiendo con una de nuestras ausencias con esto conseguiremos crearle un condicionamiento positivo relacionado con la ausencia de sus propietarios, o sea, ausencia = comida.
Si al retornar al domicilio se constatara que el perro no ha aceptado la comida, se repetirá la operación al cabo de unos 60 minutos.
Del mismo modo, y como medida asociada a la anterior, en el momento de dejarle solo le facilitaremos a nuestro perro elementos de distracción. No es necesario que estos sean juguetes o artículos adquiridos expresamente para la ocasión: lo realmente importante es que se le han de entregar única y exclusivamente en el instante en que el perro vaya a permanecer en soledad. La intención de esto ultimo es que el perro por decirlo de manera coloquial, se olvide de que se encuentra solo, al menos momentáneamente.
Estos elementos de distracción deben reunir determinadas características. El perro puede tener la libertad para romperlos si así lo desea, su utilización ha de implicar movimiento por parte del animal y le han de resultar atractivos. Al margen de otros elementos de distracción recomendamos los siguientes: una pelota de baloncesto, periódicos viejos y huesos de piel prensada.
Para que la medida resulte efectiva, estos útiles deberán ser retirados por la primera persona que llegue a casa.
Bajo ningún concepto el animal debe ser castigado cuando, al llegar a casa, se encuentran destrozos o eliminaciones fuera de sitio. El castigo debe aplicarse para corregir conductas justo en el momento en que se producen. Hay que tener claro que el castigo tiene como finalidad el que una conducta inapropiada no se repita en el futuro, no la de aliviar la tensión del propietario.
La zona del domicilio por la que el perro se podrá desenvolver en nuestra ausencia deberá ser amplia. En ningún caso comprenderá alguna estancia, si la hubiere, que se emplee como zona de castigo cuando el animal se haya comportado mal.
Como última reflexión hay que recordar que, si el animal se comporta indebidamente, no lo hace de forma consciente. El perro está tan angustiado que no es capaz de controlarse, su sufrimiento es tan agudo que pierde el dominio de sí mismo. El castigo a este nivel es incapaz de resolver el problema y puede complicar más aún la situación.

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Hola tengo un caso con un perro cruzado de unos 3 años rescatado de la calle y lleva un tiempo en casa cuando estamos se porta genial pero cuando lo dejo en su sitio para dormir le da por morder las puertas y ya las ha roto qué debo hacer


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